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“¡Hay que vivir! Y él me enseñó a vivir, él nos enseñó a vivir, a sentir la vida, a sentir el sentido de la vida, a sumergirnos en el alma de la montaña, en el alma del lago, en el alma del pueblo de la aldea, a perdernos en ellas para quedar en ellas.”
San Manuel Bueno, mártir (1933) obra maestra de Miguel de Unamuno, es considerada como su testamento espiritual. La novela muestra un espacio no descriptivo en el que se asientan los símbolos clave de la dialéctica entre fe y duda, el lago, la montaña, la nieve, la villa sumergida, etc. Don Manuel asume esta lucha y se convierte en mártir en tanto toma sobre sí la duda y la sufre por toda la comunidad que, sumida en el engaño, avanza cohesionada por esa supuesta verdad no cuestionada.
Miguel de Unamuno (Bilbao, 29 de septiembre de 1864 – 31 de diciembre de 1936) es una de las voces más prominentes de la literatura y del pensamiento de las primeras décadas del siglo XX. El catedrático de la Universidad de Salamanca, perteneciente a la generación del ‘98, cultivó todos los géneros, pero se conoce sobre todo por sus novelas y ensayos que giran en torno a planteos existencialistas y espirituales. Las novelas vienen a ser una encarnación literaria de sus principales ideas y sentimientos: el sentido de la vida y del arte, el anhelo de inmortalidad, la teoría de los “entes de ficción”, la relación entre creador y criatura. Son un modo de dar más vida y dramatismo a su pensamiento. Sin embargo, los personajes no son una simple proyección de los pensamientos del autor: viven por sí mismos, en forma independiente y personal, movidos por sus propias pasiones, por el dolor, la angustia, la incertidumbre, el amor, el desasosiego, el fracaso. Lo fundamental no es, por tanto, ni la descripción de ambientes ni el conflicto psicológico, sino la mostración de una personalidad dinámica que se va haciendo a sí misma a medida que vive su propia historia, es decir, su existencia novelesca.
San Manuel Bueno, mártir (1933) capolavoro di Miguel de Unamuno, è considerato il suo testamento spirituale. Il romanzo mostra uno spazio non descrittivo nel quale si trovano i simboli chiave della dialettica tra fede e dubbio, il lago, la montagna, la neve, la villa sommersa, ecc. Don Manuel si fa carico di questa lotta e si trasforma in martire portando su di sé il dubbio e la sofferenza di tutta la comunità che, immersa nell’inganno, continua compatta con questa presunta indiscutibile verità.
Miguel de Unamuno (Bilbao, 29 settembre 1864 - 31 dicembre 1936) è una delle voci più importanti della letteratura e del pensiero dei primi decenni del Novecento. Professore all'Università di Salamanca, appartenente alla generazione del '98, ha coltivato tutti i generi letterari, ma è conosciuto principalmente per i suoi romanzi e saggi che ruotano attorno a tematiche esistenziali e spirituali. Le opere dell’autore divengono un’incarnazione letteraria delle sue principali idee e sentimenti: il senso della vita e dell'arte, il desiderio di immortalità, la teoria del "esseri immaginari", il rapporto tra creatore e creatura. Essi sono un modo per animare e drammatizzare il suo pensiero. Tuttavia, i personaggi non sono una semplice proiezione dei pensieri dell'autore: vivono da soli, in modo indipendente e personale, mossi dalle proprie passioni, dolori, angosce, incertezze, amori, disordini, fallimenti. La linea di fondo non è, quindi, né la descrizione di ambienti né il conflitto psicologico, ma la presentazione di una personalità dinamica e del processo di formazione che compie nella propria vita, nella propria esistenza romanzesca.
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